lunes, 22 de noviembre de 2010

LOS DINEROS DE JALISCO


El pleito político sigue generando serios problemas sociales a la menguada y estancada economía de Jalisco. Los frente abiertos de la administración estatal bajo el mando del ejecutivo, Emilio González Márquez, garantizan un año venidero lleno de sorpresas, ocurrencias, disparates y escándalos por demás de interesantes, vergonzantes para una entidad que se precia y enorgullece de ser la cuarta en importancia a nivel nacional.

Para comenzar, el poder legislativo estableció una nueva reforma de ley en donde se le pide al poder ejecutivo informar, explicar y transparentar el destino de los ingresos o participaciones federales que al margen del Presupuesto inicial, aprobado por el Congreso, ingresan a las arcas del Gobierno estatal y que pueden ser distribuidos como le de la gana al Gobernador del estado, es decir, puede gastar esos dineros extras a capricho político, por terquedad financiera o por las meras ganas de gastar el dinero público a su antojo, como y cuando el quiera hacerlo.

No se trata, obviamente, de millones de pesos o de decenas de ellos, no. Se trata de cuando menos un 10 por ciento del Presupuesto anual que gasta el ejecutivo de Jalisco, y de los cuales no rinde la menor explicación financiera. Se trata de un promedio anual que va de los ocho a los 10 mil millones de pesos, entre 2007 y 2010, las cuentas arrojan casi un total de 40 mil millones de pesos extras o adicionales que recibió la entidad vía participaciones federales, y de los que, hasta el momento no se tiene una información transparente y contundente del destino de esa impresionante suma de dinero. El ciudadano común se cuestiona: ¿ 40 mil millones de pesos deben estar en algún lugar, no pueden pasar desapercibidos por la sociedad, ya sea invertidos en infraestructura o en servicios públicos ?

Bajo ese poderoso argumento, de clarificar y transparentar al máximo el destino de los recursos financieros extraordinarios, dinero de la sociedad jalisciense, el Poder legislativo le exige al Poder ejecutivo, que explique cómo, en dónde y bajo que criterios de observancia se van a destinar esos multimillonarios ingresos.
El pleito o las diferencias del dinero ya están en la mesa de la negociación. El Gobernador vetará la reforma o la llamada Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público del Estado de Jalisco mientras que los diputados locales tratarán en vano de justificar su intento político en contra de quienes dicen que esa reforma le atará las manos al derroche monetario a Emilio González Márquez, en pleno año preelectoral...
Por lo pronto, los dineros del estado, 65 mil millones de pesos que están previsto ejercerse a lo largo del próximo año, mas algo así como ocho mil millones de pesos extras del Gobierno Federal, están sujetos a la negociación política entre dos partidos o bancadas legislativas, Pri y Pan, que tienen como prioridad avanzar en el mercado electoral en vísperas del tan esperado 2012.  

Y, mientras esto ocurre, la ciudadanía jalisciense vive presa de la inseguridad pública, el cierre de negocios y el desempleo, en la desconfianza total hacia sus autoridades estatales y municipales, en el pavoroso caos urbano, y por supuesto, en un estado maravilloso que sólo lo alcanzan a observar y apreciar sus autoridades...  

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