sábado, 2 de enero de 2010

ESPIRAL DE PRECIOS

Los indicadores monetarios y financieros que sirven oficialmente para medir la inflación en México se han convertido en una fantasía económica,en un mito histórico más para los consumidores.

La inflación oficial del año 2009 que dará a conocer el Banco de México en unos cuantos días más, sólo servirá para ponderar las grandes mentiras, los mitos económicos y la irrealidad monetaria en que vivimos los 107 millones de habitantes de este país.

Según los últimos datos y las cuentas de medición del poderoso Banco de México, ahora dirigido por el premiado Agustín Cartens, extitular de Hacienda y Crédito Público, la inflación se ubicará en niveles que irán del 3.6 al 4.2 por ciento. El resultado será catalogado como uno más de las grandes batallas, luchas y combates que embargan al territorio nacional, y por supuesto, será elogiada la magnífica responsabilidad pública que han tenido nuestras brillantes y eficientes autoridades monetarias para frenar la grave pérdida del poder adquisitivo de la sociedad en general.

Seamos serios por principio de cuentas. Nadie cree, al menos afuera de las esferas gubernamentales, en que los precios sólo subieron en un promedio del cuatro por ciento en forma general el año anterior. Nadie cree tampoco, en que el incremento a los salarios mínimos de dos pesos con 66 centavos diarios servirá para paliar la grave pobreza y carestía que padecen los poco mas de 13 millones de trabajadores que ganan alrededor de 60 miserables pesos al día. Como tampoco nadie espera y mucho menos cree, que la meta de los precios para el año en curso ronde los niveles del 5.25 por ciento. Todo parece indicar que el México catalogado como Foxilandia hace escasos tres años reaparezca en nuestro horizonte económico. Vaya pesadilla, padecemos.

Las razones financieras y monetarias al respecto son bastante obvias y amargas.
La escalada en los precios está a la orden del día. Todo sube, a excepción de la economía, la seguridad y la confianza nacional que van en pleno derrumbe. El principal promotor e impulsor de la inflación es el Gobierno. Si las alzas constantes de las últimas semanas en los precios, tarifas e impuestos no lo avalan, entonces estamos en una fabuloso sueño o en una mas de las múltiples quimeras políticas del país.

Bajo el aspecto técnico del rendimiento de las inversiones, es usual considerar una fórmula financiera que no tiene ningún desperdicio: el nivel correcto para " medir" las alzas de los precios en forma real es aumentando en un 50 por ciento la cifra del pronóstico oficial que maneja el Gobierno, es decir, que si las autoridades mexicanas calculan una alza en promedio de los precios del cinco por ciento para este 2010, la inflación real, esa que golpea el cheque de nómina semanal, quincenal o mensual o la que molesta y esquilma al ciudadano cada vez que llegan las cuentas que hay que pagar, sumará, si bien nos va niveles de casi el ocho por ciento en los siguientes doce meses. Y si no al tiempo... y a los números.

Y por si no se cree en esta razonable fórmula numérica, basta con medir cualquier precio de servicios, productos o mercancías de hace un año con la actualidad. Un producto que valía 100 pesos en enero del 2009, hoy, nos cuesta 106 pesos, es decir, la inflación real en el año anterior alcanzó el seis por ciento. Ello a pesar de que, de forma oficial y civilizada, las cuentas del Banco de México hayan "medido " tan sólo un incremento de precios del cuatro por ciento en todo el 2009.

La espiral inflacionaria que nos embarga a todos los mexicanos es un hecho tan surrealista como el precio de un dólar norteamericano que vale hoy 13 pesos pero que son, se quiera o no, 13 mil pesos de aquellos billetes que sí valían y que por un dólar se intercambiaban tan sólo 12 pesos con 50 centavos...
En los últimos 33 años y medio, la erosión constante y perversa en la pérdida del poder adquisitivo de los mexicanos está a la vista de todos y en cada una de las estadísticas oficiales. La realidad de la cartera y de los bolsillos supera con creces la gran mentira nacional de la inflación.

La economía nacional pierde a diario terreno mientras que nuestros gobiernos tratan de generar un clima monetario artificial estable en base a una información manipulada, falsa, artificial, irreal en la que nadie cree... ni ellos mismos.

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