lunes, 11 de enero de 2010

CUENTAS ALEGRES

Las cifras y las cuentas sobre la mas grave y profunda recesión económica que vive México, se están matizando a conveniencia y gusto de las autoridades federales y negando la realidad monetaria que prevalece en bolsillos y carteras.

Las cuentas alegres en materia de inflación, recuperación económica y generación de empleos que da a conocer el Gobierno Federal contradicen en los hechos la realidad monetaria que vive a diario la población,las empresas,los negocios y las industrias. Se pensaría que, cuando se informa del estado y las perspectivas que guardan las finanzas, se está informando de un lejano país,con una economía boyante y en pleno desarrollo.
Los discursos son parciales y gastados en la búsqueda permanente de tratar de "vender " a como de lugar la visión y la versión oficial de una realidad que se esconde y se niega a participar en nuestro escenario nacional. Son sólo palabras y discursos políticos que tratan de ocultar el drama y la medianía financiera en que transitamos desde hace ya varios lustros.
Se quiere obtener una tasa de crecimiento económico del tres por ciento en este año con una alza de precios del cinco por ciento, sin duda, una sana y buena intención mas del escritorio sexenal. Pronósticos, metas e indicadores en los que nadie cree, mas que ellos...

La política económica sólo gira en torno a lo que acumulan las reservas monetarias del Gobierno. Los 92 mil millones de dólares en reservas del Banco de México, una austeridad y ahorro que sólo se da en el papel de las intenciones políticas y,una transparencia amparada en leyes y reglamentos que imposibilitan cualquier rendición de cuentas, son evidencias de un entorno que gira bajo la máxima de Gobierno rico con sociedad pobre...
Se cancelan estímulos fiscales, incentivos al ahorro nacional, se generan a los largo y ancho del país turbulencias sociales y políticas provocando con ello claras señales de incertidumbre comercial, inseguridad pública y desconfianza. Los hechos están a la vista de todos: incrementos de precios por todo y para todo, pérdida constante del poder adquisitivo de la población, aumentos indiscriminados en los costos de los servicios públicos que provoca, por supuesto, una mayor caída en la demanda de la sociedad y de la economía junto con el esperpento fiscal que sigue vigente en nuestro maravilloso sistema nacional.

Parece que no tenemos remedio. El mito de sisífo nos persigue histórica e irremediablemente gracias a nuestro sistema político y autoridades en turno.
Mientras tanto, la sociedad da signos de intolerancia, hartazgo y de una desilusión permanente en el horizonte del país.
¿ Estaremos acaso "condenados" a ser mediocres en materia social y económica ? Los ejemplos mundiales de países con tasas de crecimiento superiores al cuatro o cinco por ciento en forma anual sólo nos sirven para acrecentar nuestra envidia y la soberbia de que como México no hay dos...
Pasamos por los momentos mas críticos y graves de los últimos dos siglos. Así de claro y doloroso. Sí, se podrá argumentar que los años de 1810 y 1910 fueron mucho mas trágicos, violentos y dramáticos. Que las grandes crisis de 1976,1982,1987 y 1995fueron meras circunstancias políticas y sociales provocadas por la caída descomunal en los precios del petróleo, por culpas la recesión mundial, por las estafas financieras de los altos ejecutivos de "cuello blanco ", al fin que existen decenas de pretextos sobre las crisis económicas. Nuestros males son ajenos a nuestras responsabilidades.

Sin embargo, las cifras y el balance final de la guerra contra el crimen, el histórico desempleo, el crecimiento espectacular de la informalidad,el cierre masivo de empresas,industrias y negocios, las muestras diarias de la inseguridad, de toda clase de rumores, son saldos que no pueden ni deben soslayarse. El balance final por supuesto, es bastante rojo.
La cuenta pública de las últimas tres décadas pesa cada vez más en la cotidianidad de un país que a pesar de todo, sigue en pie, luchando, renegando y trabajando en dónde y como puede salir al paso. A pesar de un sistema político y económico que está obsoleto, arcaico y quebrado. Las cuentas y las cifras de México pueden ser tan alegres y optimistas como se quieran maquillar y tamizar, al fin y al cabo nadie cree en ellas... ¿ O usted sí ?

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